Llevo un tiempo observando a los árbitros de baloncesto cómo señalizan las
faltas técnicas, ya sean por el motivo que sean, y he podido sacar la conclusión que muchos árbitros la señalan como quieren, sobre todo dejándose
llevar por la tensión del partido sin seguir un protocolo unitario.
En este artículo nos centraremos más en el cómo señalizar la falta que en
el porqué y cuándo señalizarla.
No sólo saber cuándo pitar una falta técnica puede llevarnos a cambiar la
dirección del partido, también depende de la manera de cómo la marquemos. Si
somos muy agresivos, podríamos poner
al público y al equipo que la recibe en contra, acusándonos de actos de
prepotencia y de chulería. Y si somos muy blandos o tímidos, los participantes
y el público podrían pensar que nos estamos inventando las faltas y que no
sabemos controlar el partido.
Debemos tener en cuenta que los errores en la comunicación no verbal no tienen una fuerte determinación en la percepción de los participantes y el público. Pero, si vienen acompañados de errores arbitrales, sí que restan credibilidad. Por ello, si somos capaces de realizar las señalizaciones de una manera correcta, evitaremos acrecentar la mala percepción de nuestros posibles errores arbitrales.
En el momento que tenemos claro que hay que señalizar una falta técnica,
tenemos que seguir las siguientes directrices:
Acciones que debemos evitar:
- No
realizar varios pitidos. Con uno vale.
- No ir a
por el infractor. No es
necesario perseguirlo.
- Evitar
señalizar directamente al infractor. A no ser que haya un tumulto de gente donde
ocurran muchas cosas, el infractor siempre va a ser localizado por todos
rápidamente y no hará falta decir de quién es la falta técnica hasta que
marquemos en la mesa de anotadores.
- No
realizar gestos rápidos ni quedarse con las manos en forma de T. Los
gestos rápidos pueden impedir a la gente saber qué ha pasado y los
demasiado lentos dan sensación de dejadez y pasotismo.
- Cualquier
postura que no sea tener la espalda recta y hacer
los gestos de frente a la dirección que estamos mirando, puede
crear una falta de credibilidad y seriedad en nuestra decisión.
- No
quedarse hablando con el infractor y aún menos
TOCARLE. Esto sólo puede producir que el infractor termine realizando alguna acción (insulto o agresión) que obligue a sancionarlo con una falta descalificante. - No
poner caras de
pena, de "te lo dije", de chulería, de "como sigas te la
vas a llevar", ni mirarle fijamente retándolo.

Puede que esté ocurriendo una situación de estrés o tensión entre los
participantes del partido. En estos momentos en los que hace falta reconducir
el partido, los árbitros tienen que evitar por completo añadir más tensión.
Realizar bien los gestos evitando comportamientos alterados ayuda a que el
partido vuelva a ser reconducido a la dirección que queremos.
Cómo señalizar bien una falta técnica al infractor:
- Tener
claro quién es el infractor.
- Estar
sereno y tranquilo. Aspirar hondo hasta coger aire por completo.
- Levantar
la mano para detener el partido y, mientras se expulsa el aire cogido,
hacer sonar el silbato
- Señalizar
la falta técnica. Como ya habremos bajado las pulsaciones y estaremos más
tranquilos, haremos el gesto a una velocidad correcta. Las manos estarán a
la altura del pecho y los brazos a media distancia de estar completamente
estirados.
- Salir
al trote a señalar la falta a la mesa de oficiales. De esta forma
evitaremos la mayoría de las veces conflictos con el infractor.
Cómo comunicar bien la falta técnica a la mesa de oficiales.
- Nos
colocaremos a una distancia mínima de cuatro metros con respecto a la mesa
de oficiales y alejado de la zona de banquillo de los equipos.
- La
postura corporal en todo momento debe ser recta, tener los hombros atrás,
la cabeza levantada y la mirada al frente.
- Dependiendo
de a quién se la señalicemos: mostrar el número del jugador, la C de
entrenador (Coach) usando todos los dedos o señalar el banquillo con la mano abierta y los dedos extendidos.
- Hacer
el gesto de una T con las manos. Recordar poner las manos a la altura del
pecho y brazos a media distancia de estar completamente estirados.
- Mostrar
cuantos tiros libres se van a lanzar. Si existen más penalizaciones que
comunicar de distinta naturaleza, repetiremos los pasos del 2 al 5. Si son
de la misma naturaleza y terminan compensando hasta llegar a no tener que
lanzar tiros libres, pasaremos al punto 6.
- Marcar
la dirección de juego del equipo que realizará el siguiente saque desde la
línea de medio campo y salir trotando hasta allí.

Recordar que, a la hora de señalar a la mesa de oficiales, hay que reforzar
dicha comunicación diciendo en voz alta lo que señalamos.
En los siguientes vídeos, veremos distintos tipos de situaciones donde el lenguaje
no verbal por parte del árbitro durante la señalización de una falta técnica
podría dar una percepción distinta a la que deberíamos transmitir:
Ejemplo 1:
El árbitro no detiene el tiempo levantando la mano y la señal de falta
técnica la realiza muy rápida, muy lejos del pecho y más arriba de la cabeza.
Esto podría producir una sensación de nerviosismo y de inseguridad, y nos haría
pensar que intenta controlar una situación que cree que se está
escapando.
Ejemplo 2:
Ante una situación tan clara de lo sucedido no podemos dar la sensación de
estar perdidos, ya que nuestro liderazgo queda en entredicho. Si decidimos que
hay que reconducir con una falta técnica doble,
deberemos hacerlo cuanto antes, no después de aceptar una sustitución y de un
intento fallido de juntar a las dos jugadoras. Tampoco debemos salir corriendo
detrás de ellas y realizar el gesto como sí las disparáramos. Y, al señalizar a la mesa de oficiales, no estar tan cerca de ella: mínimo cuatro
metros de distancia.
Ejemplo 3:
Normalmente, tendemos a sentirnos atacados tras un gesto tan irrespetuoso realizado por el jugador y, por ello, solemos sancionar la falta técnica
marcándola andando hacia delante, cómo si atacáramos, llevados por nuestros impulsos. En este caso,
destacar como el árbitro hace todo lo contrario: se aleja unos metros del
jugador para guardar una distancia de seguridad antes de realizar la
señal de falta técnica. Su lenguaje no verbal en todo momento es de
tranquilidad, sabiendo lo que quiere expresar y marcando los tempos
correctamente, aunque, en vez de señalar la dirección de juego del próximo saque, termine equivocándose señalando el centro del campo
mientras marca a la mesa de oficiales.
Ejemplo 4:
Aquí vemos cómo el árbitro en todo momento mantiene un estado de
tranquilidad, aunque su lenguaje no verbal durante todo el vídeo no le
acompañe. Tener el brazo estirado señalando con un sólo dedo la zona de
banquillo, apoyando la mayoría del peso del cuerpo en un solo pie y creando de esta forma la sensación de un arco en dirección de la persona que
ha tenido el comportamiento inadecuado, podría generar tensión con el
interlocutor y podría dar una sensación de exceso de autoridad. Recordar que
nunca debemos señalar a la persona con quién interactuamos, aunque esté teniendo
un mal comportamiento. Si hay que señalar a alguien o algo, hacerlo con la mano
abierta y los dedos extendidos. Al marcar a la mesa de anotadores la falta
técnica al entrenador, siempre formar una C con todos los dedos de la mano, ya
que al cerrar tres dedos tapamos por completo la visión de nuestro gesto a mesa
de oficiales. Recordar terminar señalando la dirección de juego, no el centro
del campo.
Ejemplo 5:
La forma de realizar los gestos y la de marcar a la mesa a la mesa de
oficiales, olvidando la mitad de las señalizaciones, nos podría hacer pensar
que existe un alto estrés y nerviosismo en el árbitro. Ya sea porque vengamos
de pensar que nos hemos podido equivocar en decisiones anteriores o en esa
misma jugada, no debemos dejar de tomar el tiempo adecuado (el tempo) para
realizar cada una de los gestos, ya que nos ayudará a recuperarnos tanto
físicamente como psicológicamente.
Ejemplo 6:
Ir andando con los brazos agarrados por detrás mientras se habla con otros
participantes alejados, podría crear una sensación de prepotencia y soberbia. Debemos
saber que, dependiendo de la situación y donde coloquemos los brazos, los
participantes o el público podrían entender una cosa u otra. Personalmente, creo
que el árbitro busca rebajar la tensión de lo ocurrido con un lenguaje no
verbal equivocado. Puede que esté tranquilo, pero la forma de moverse por el terreno de juego y la
señalización con el torso y la frente adelantada tras marcar la falta a la mesa
de oficiales no le ayuda a transmitirlo.
Ejemplo 7:
La naturalidad y tranquilidad que expresa el árbitro al parar el
partido y al reconducir al jugador, que está en un estado alto de
alteración, hace que parezca algo normal y cotidiano. En una situación como
ésta, si el árbitro muestra nervios o tensión, puede crear en el jugador una
mala interpretación y hacerle cambiar a una postura más agresiva y violenta.
Gracias a José Valle, Coordinador de árbitros de 1ª Nacional y de 1ª
Autonómica, por el tiempo dedicado para ayudarme a hacer posible este artículo.
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