miércoles, 24 de mayo de 2017

Lenguaje no verbal al señalizar faltas técnicas


Llevo un tiempo observando a los árbitros de baloncesto cómo señalizan las faltas técnicas, ya sean por el motivo que sean, y he podido sacar la conclusión que muchos árbitros la señalan como quieren, sobre todo dejándose llevar por la tensión del partido sin seguir un protocolo unitario.


En este artículo nos centraremos más en el cómo señalizar la falta que en el porqué y cuándo señalizarla.

No sólo saber cuándo pitar una falta técnica puede llevarnos a cambiar la dirección del partido, también depende de la manera de cómo la marquemos. Si somos muy agresivos, podríamos poner al público y al equipo que la recibe en contra, acusándonos de actos de prepotencia y de chulería. Y si somos muy blandos o tímidos, los participantes y el público podrían pensar que nos estamos inventando las faltas y que no sabemos controlar el partido.




Debemos tener en cuenta que los errores en la comunicación no verbal no tienen una fuerte determinación en la percepción de los participantes y el público. Pero, si vienen acompañados de errores arbitrales, sí que restan credibilidad. Por ello, si somos capaces de realizar las señalizaciones de una manera correcta, evitaremos acrecentar la mala percepción de nuestros posibles errores arbitrales.

En el momento que tenemos claro que hay que señalizar una falta técnica, tenemos que seguir las siguientes directrices:


Acciones que debemos evitar:

  • No realizar varios pitidos. Con uno vale.
  • No ir a por el infractor. No es necesario perseguirlo.
  • Evitar señalizar directamente al infractor. A no ser que haya un tumulto de gente donde ocurran muchas cosas, el infractor siempre va a ser localizado por todos rápidamente y no hará falta decir de quién es la falta técnica hasta que marquemos en la mesa de anotadores.
  • No realizar gestos rápidos ni quedarse con las manos en forma de T. Los gestos rápidos pueden impedir a la gente saber qué ha pasado y los demasiado lentos dan sensación de dejadez y pasotismo.
  • Cualquier postura que no sea tener la espalda recta y hacer los gestos de frente a la dirección que estamos mirando, puede crear una falta de credibilidad y seriedad en nuestra decisión. 
  • No quedarse hablando con el infractor y aún menos TOCARLE. Esto sólo puede producir que el infractor termine realizando alguna acción (insulto o agresión) que obligue a sancionarlo con una falta descalificante.
  • No poner caras de pena, de "te lo dije", de chulería, de "como sigas te la vas a llevar", ni mirarle fijamente retándolo.
Puede que esté ocurriendo una situación de estrés o tensión entre los participantes del partido. En estos momentos en los que hace falta reconducir el partido, los árbitros tienen que evitar por completo añadir más tensión. Realizar bien los gestos evitando comportamientos alterados ayuda a que el partido vuelva a ser reconducido a la dirección que queremos.


Cómo señalizar bien una falta técnica al infractor:
  1. Tener claro quién es el infractor.
  2. Estar sereno y tranquilo. Aspirar hondo hasta coger aire por completo.
  3. Levantar la mano para detener el partido y, mientras se expulsa el aire cogido, hacer sonar el silbato
  4. Señalizar la falta técnica. Como ya habremos bajado las pulsaciones y estaremos más tranquilos, haremos el gesto a una velocidad correcta. Las manos estarán a la altura del pecho y los brazos a media distancia de estar completamente estirados.
  5. Salir al trote a señalar la falta a la mesa de oficiales. De esta forma evitaremos la mayoría de las veces conflictos con el infractor.


Cómo comunicar bien la falta técnica a la mesa de oficiales.






  1. Nos colocaremos a una distancia mínima de cuatro metros con respecto a la mesa de oficiales y alejado de la zona de banquillo de los equipos.
  2. La postura corporal en todo momento debe ser recta, tener los hombros atrás, la cabeza levantada y la mirada al frente.
  3. Dependiendo de a quién se la señalicemos: mostrar el número del jugador,  la C de entrenador  (Coach) usando todos los dedos o señalar el banquillo con la mano abierta y los dedos extendidos.
  4. Hacer el gesto de una T con las manos. Recordar poner las manos a la altura del pecho y brazos a media distancia de estar completamente estirados.
  5. Mostrar cuantos tiros libres se van a lanzar. Si existen más penalizaciones que comunicar de distinta naturaleza, repetiremos los pasos del 2 al 5. Si son de la misma naturaleza y terminan compensando hasta llegar a no tener que lanzar tiros libres, pasaremos al punto 6.
  6. Marcar la dirección de juego del equipo que realizará el siguiente saque desde la línea de medio campo y salir trotando hasta allí. 
Recordar que, a la hora de señalar a la mesa de oficiales, hay que reforzar dicha comunicación diciendo en voz alta lo que señalamos. 


En los siguientes vídeos, veremos distintos tipos de situaciones donde el lenguaje no verbal por parte del árbitro durante la señalización de una falta técnica podría dar una percepción distinta a la que deberíamos transmitir:


Ejemplo 1:



El árbitro no detiene el tiempo levantando la mano y la señal de falta técnica la realiza muy rápida, muy lejos del pecho y más arriba de la cabeza. Esto podría producir una sensación de nerviosismo y de inseguridad, y nos haría pensar que intenta controlar una situación que cree que se está escapando. 


Ejemplo 2:



Ante una situación tan clara de lo sucedido no podemos dar la sensación de estar perdidos, ya que nuestro liderazgo queda en entredicho. Si decidimos que hay que reconducir con una falta técnica doble, deberemos hacerlo cuanto antes, no después de aceptar una sustitución y de un intento fallido de juntar a las dos jugadoras. Tampoco debemos salir corriendo detrás de ellas y realizar el gesto como sí las disparáramos. Y, al señalizar a la mesa de oficiales, no estar tan cerca de ella: mínimo cuatro metros de distancia.


Ejemplo 3:



Normalmente, tendemos a sentirnos atacados tras un gesto tan irrespetuoso realizado por el jugador y, por ello, solemos sancionar la falta técnica marcándola andando hacia delante, cómo si atacáramos, llevados por nuestros impulsos. En este caso, destacar como el árbitro hace todo lo contrario: se aleja unos metros del jugador para guardar una distancia de seguridad antes de realizar la señal de falta técnica. Su lenguaje no verbal en todo momento es de tranquilidad, sabiendo lo que quiere expresar y marcando los tempos correctamente, aunque, en vez de señalar la dirección de juego del próximo saque, termine equivocándose señalando el centro del campo mientras marca a la mesa de oficiales.


Ejemplo 4:



Aquí vemos cómo el árbitro en todo momento mantiene un estado de tranquilidad, aunque su lenguaje no verbal durante todo el vídeo no le acompañe. Tener el brazo estirado señalando con un sólo dedo la zona de banquillo, apoyando la mayoría del peso del cuerpo en un solo pie y creando de esta forma la sensación de un arco en dirección de la persona que ha tenido el comportamiento inadecuado, podría generar tensión con el interlocutor y podría dar una sensación de exceso de autoridad. Recordar que nunca debemos señalar a la persona con quién interactuamos, aunque esté teniendo un mal comportamiento. Si hay que señalar a alguien o algo, hacerlo con la mano abierta y los dedos extendidos. Al marcar a la mesa de anotadores la falta técnica al entrenador, siempre formar una C con todos los dedos de la mano, ya que al cerrar tres dedos tapamos por completo la visión de nuestro gesto a mesa de oficiales. Recordar terminar señalando la dirección de juego, no el centro del campo.


Ejemplo 5:



La forma de realizar los gestos y la de marcar a la mesa a la mesa de oficiales, olvidando la mitad de las señalizaciones, nos podría hacer pensar que existe un alto estrés y nerviosismo en el árbitro. Ya sea porque vengamos de pensar que nos hemos podido equivocar en decisiones anteriores o en esa misma jugada, no debemos dejar de tomar el tiempo adecuado (el tempo) para realizar cada una de los gestos, ya que nos ayudará a recuperarnos tanto físicamente como psicológicamente. 


Ejemplo 6:



Ir andando con los brazos agarrados por detrás mientras se habla con otros participantes alejados, podría crear una sensación de prepotencia y soberbia. Debemos saber que, dependiendo de la situación y donde coloquemos los brazos, los participantes o el público podrían entender una cosa u otra. Personalmente, creo que el árbitro busca rebajar la tensión de lo ocurrido con un lenguaje no verbal equivocado. Puede que esté tranquilo, pero la forma de moverse por el terreno de juego y la señalización con el torso y la frente adelantada tras marcar la falta a la mesa de oficiales no le ayuda a transmitirlo.


Ejemplo 7:



La naturalidad y tranquilidad que expresa el árbitro al parar el partido y al reconducir al jugador, que está en un estado alto de alteración, hace que parezca algo normal y cotidiano. En una situación como ésta, si el árbitro muestra nervios o tensión, puede crear en el jugador una mala interpretación y hacerle cambiar a una postura más agresiva y violenta.







Gracias a José Valle, Coordinador de árbitros de 1ª Nacional y de 1ª Autonómica, por el tiempo dedicado para ayudarme a hacer posible este artículo.

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