jueves, 23 de marzo de 2017

La relación entre árbitros y entrenadores. 1ª Parte: El trato de árbitros con entrenadores

La relación entre árbitros y entrenadores siempre ha sido muy polémica hasta llegar a dar la sensación de que existe una guerra entre ambos bandos. Que en un campo las dos partes no lleguen a entenderse en pocas situaciones, no es del todo anormal. El problema es cuando se extrapola y se llega a lo absurdo dejando de dedicarse cada uno a su trabajo y estando más pendiente del trabajo del otro o, incluso, sacándolo del terreno de juego.

No nos damos cuenta que nos necesitamos mutuamente. El entrenador necesita al árbitro para que se cumplan las reglas establecidas y pueda juzgar en situaciones en las que con el otro equipo no llegaría nunca a estar de acuerdo. Y el árbitro necesita al entrenador para poder comunicarse con el equipo y transmitir peticiones para realizar un control de conductas antideportivas.

Una buena relación entre ambas partes hace que el partido salga de la mejor manera posible.

En todo partido, los protagonistas deben de ser los jugadores. Los árbitros y los entrenadores somos meros acompañantes o actores secundarios que no debemos buscar ningún protagonismo. Por ello, tenemos que diferenciar las categorías de formación del resto de categorías. Cuando se trata de categorías de formación, esta relación tiene que ser mucho más fuerte y más unida, ya que lo único que importa es que los jóvenes jugadores aprendan.

Este artículo se va a dividir en dos partes. En la primera, se hablará sobre la relación que debe tener el árbitro con el entrenador. Y en la segunda, sobre la relación que debe tener un entrenador con el árbitro.

Cómo tratar con un entrenador

Si para muchos árbitros jóvenes ya es difícil lidiar con los jugadores, tratar con los entrenadores es casi una odisea.

Lo primero que debemos saber es qué espera un entrenador de un árbitro:
- Capacidad. Conocer el reglamento y ser capaz de manejar las diferentes situaciones que aparezcan durante el encuentro.
- Profesionalidad. Seriedad; ganas de trabajar; puntuales; que se presenten a los entrenadores; buena presencia; dispuestos a atender a los entrenadores; ...
- Liderazgo sereno. Ganarse la confianza sin extralimitarse en poder; tener actitudes cordiales con todos los participantes en el partido; …
- Humildad. Saber reconocer los errores.
- Empatía. Comprender los nervios del partido. El entrenador cuando se presenta a un partido va a ganar y también puede que se juegue su puesto.
-  Criterio. El mismo para las dos partes.
- Respeto. Tanto como con los jugadores y entrenadores como con nosotros mismos.


En cambio, las cosas de un árbitro que generan inseguridad a un entrenador:
- Protagonismo o egocentrismo. Recordar que por muy buenos o de muy alta categoría que seamos, los protagonistas son los jugadores.
- Mirada de duda. Estar nervioso en un partido no ayuda a tomar decisiones acertadas.
- Vestuario inadecuado. Ver a un árbitro con la camiseta por fuera o zapatillas que no son negras nos hace perder toda la credibilidad en nuestro trabajo.
- Falta de autoridad. Permitir actos antideportivos conlleva a no controlar el partido.
- Falta de conocimiento del reglamento. No existe mayor pérdida de confianza que demostrar que nuestro conocimiento es nulo o está desactualizado.

En algunas ocasiones se puede dar que los entrenadores intenten controlar al árbitro. Esto no nos debe extrañar ya que es parte de sus estrategias para ganar el partido. Dependiendo de la situación del partido y de las necesidades que tengan en el mismo usarán unos métodos u otros:
-  Adulación y amabilidad excesiva.
- Protesta estratégica. En situaciones donde el equipo es débil, el entrenador pide al árbitro que sancione lo que él quiere para evitar perder el partido antes de tiempo. Un ejemplo sería: cuando el entrenador pide que sancionen manejo (regate ilegal) al jugador con balón del equipo contrario antes de que inicie el ataque contra su defensor, porque éste no es capaz de realizar una defensa legal.
- Gesticulación o provocación del público. Forma de estar en contra en las decisiones arbitrales para cambiarlas a su favor.
- Faltas técnicas intencionadas. Tras sancionar falta técnica a un equipo, suele dar la sensación que el criterio del arbitraje cambia a favor del equipo sancionado. Debido a esto, hay entrenadores que piensan que, tras sancionarse al entrenador del equipo contrario, tienen que ser sancionados también ellos para volver a igualar el criterio.
-  Scouting al árbitro. Cuanto antes conocen al árbitro, antes sabe como va a ser el criterio.
  • De donde es y donde ha jugado.
  • Sensibilidad del silbato. Que le gusta sancionar al árbitro en el ataque. Violaciones, pantallas ilegales, …
  • Permisividad en el contacto. El tipo de defensa será según sea lo que permita el árbitro. Uso ilegal de manos, bloqueos, …
  • Experiencia. Si es novato o veterano. A quién presionar o con quién se puede hablar.
  • Conocimiento del equipo. Si ya lo ha arbitrado o ya le ha visto jugar o entrenar.

Existen situaciones durante el partido en las que el árbitro tiene que tratar con el entrenador. Los árbitros también deben tener claro si el entrenador es veterano o novato. Claramente, la forma de tratarlo será distinta. Al veterano se le tratará de manera más permisiva, siempre y cuando tengan buena educación y las formas sean las adecuadas, y al novato de manera más comprensiva, pero sin dejar que su estado anímico los descontrole.

Cómo tratar con un entrenador:
- Escuchar.
- No iniciar conversaciones que no puedes controlar.
- Nada de gestos desproporcionados. Siempre que haya que señalar a alguien o a algo, hacerlo con la palma abierta. Sólo señalar con uno o, mejor dicho, dos dedos para marcar la dirección de juego. Vídeo.
- No entrar en discusiones. Hay entrenadores que creen que pueden dedicarse a discutir. Dejar claro que eso no entra en el guión.
- No dar órdenes. Pedir las cosas con educación y tranquilidad. Añadir un “por favor” a las frases ayuda a ser escuchados.
- Aprender su nombre.
- En categorías de formación se debe ser más permisivos con ellos. No preocuparse por que estén más tiempo de lo debido fuera de su banquillo o un poco dentro del terreno de juego, siempre y cuando sólo se dediquen a hablar con sus jugadores. En el caso de que se metan dentro del terreno de juego a dar órdenes a sus jugadores, sólo dejarlos cerca de su banquillo y cuando sean ellos los que ataquen en la canasta que tienen en frente de su banquillo. Vídeo.
- Sonreir. Demostrar que también habéis venido a disfrutar.



3 comentarios:

  1. ¡¡Esperando con las palomitas preparadas el próximo!! 👏🏽🔝🏀

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  2. Está en tus manos. 👨🏻‍💻
    Otro, otroooo!! Jajaja 😝

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