martes, 17 de marzo de 2015

Hacerse un NOMBRE en el arbitraje

¿A qué nadie le discute a Arteaga si sabe de reglamento o no? Y, ¿a qué si se equivoca en una tonta ocasión, nadie le reprocha? ¡Hasta se ríe la gente! ¿A qué si le pasa la misma situación al árbitro que arbitra en un patio de colegio, se lo comen? ¿Cuál es la diferencia? EL NOMBRE. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Diferencia de criterio o de percepción?

En muchos partidos sucede que un equipo se carga de faltas rápidamente y el contrario hace muy pocas. Esto puede suceder por dos distintos motivos. El motivo más usual es debido al exceso de intensidad y tensión solicitado por el entrenador del equipo más infractor. El menos usual, y del que se suelen apoyar muchos entrenadores para protestar nuestro trabajo, es el cambio de criterio en el control de faltas por parte de los árbitros.

El criterio en el control de faltas es un punto muy importante en el control de partido. Si conseguimos mantener el mismo hasta el final del partido, habremos hecho un criterio justo. Si nos vemos obligados a cambiarlo, significará que nos hemos equivocado en las decisiones tomadas hasta ese momento en el partido.

jueves, 5 de febrero de 2015

¿El árbitro puede no estar a la altura del partido y, por ello, hacer que ambos equipos salgan descontentos?


El arbitraje es una tarea muy difícil que hace casi imposible que todo el mundo salga contento con el trabajo que realiza el árbitro. La decisión de una jugada debe ser tomada en milésimas de segundo y esto condiciona en la mayoría de los casos al estado mental del árbitro. Aunque acierte, casi siempre hay alguien que estará en contra de esa decisión debido al partidismo existente por parte de los aficionados o miembros de un equipo.

Para poder soportar esta presión, el árbitro debe poseer unas cualidades bien asentadas como son el conocimiento total del reglamento junto con sus interpretaciones, experiencia conseguida a través de partidos y control emocional en situaciones de estrés.
 

Hace poco leía un tweet sobre si el árbitro podía no estar a la altura del partido que arbitraba ya que los dos equipos habían salido descontentos.